Mythic Battles Pantheon (BASE-HÉROES)

Tras los cuatro dioses de la entrada anterior, pasamos a ver los héroes de la Caja Básica:

MBP CAJA BASE: HÉROES

AQUILES

Hijo de Peleo, Rey de los Mirmidones y de la Ninfa marina Tetis. Su madre intentó convertirlo en inmortal sumergiéndolo en las aguas del Estigia, dejando sin sumergir el talón por el que lo sujetaba. Fue educado, junto a su amigo Patroclo, por el centauro Quirón. Se profetizó que debería elegir entre una vida larga y tranquila o corta y gloriosa. Para protegerlo de esta segunda posibilidad, fue escondido disfrazado de doncella en la corte del Rey Licomedes, pero fue descubierto por Odiseo, yendo finalmente a la Guerra de Troya. Allí, Aquiles se negó a participar en la guerra cuando tuvo que entregar a Briseida, su esclava, a Agamenón, a cambio de que éste accediera a devolver a su vez a Criseida, sacerdotisa de Apolo, para aplacar al dios, . Esto resultó desastroso para los aqueos, de tal forma que Patroclo decidió vestirse con la armadura de Aquiles y hacerse pasar por él. Para su desgracia, él no era Aquiles y fue derrotado y muerto por Hector. Este hecho hizo entrar en cólera a su amigo Aquiles, que protagonizó un contrataque que acabó con la vida de Hector, ultrajando su cadáver al arrastrarlo con su carro por el campo de batalla. Finalmente, conmovido por Príamo, padre de Hector, accedió a entregarle los restos de su hijo para un correcto funeral. Aquiles muere finalmente cuando Paris, hermano de Hector, le clava una flecha en su talón, guiado por la mano de Apolo.

HERACLES

Hijo de la mortal Alcmena y de Zeus (que se hizo pasar por su marido, Anfitrión). Su nacimiento, junto al de su hermano gemelo (este sí, hijo de Anfitrión) fue retrasado por Hera para que no se convirtiera en el gran rey que prometía una profecía. El odio de Hera le siguió toda su vida mortal, siendo enviadas ya a su cuna dos serpientes con la misión de acabar con él (aunque fue el bebé Heracles el que acabó con ellas...). Después de una juventud donde se mostró rebelde y pendenciero, acabó desposando con Megara, hija del rey de Tebas. Sin embargo, en un ataque de locura enviado por Hera acabó matando a su esposa y a dos sobrinos. Avergonzado y roto de dolor al recuperar la cordura, decidió recluirse y huir de la humanidad. No obstante, el Oráculo de Delfos le indicó que podría expiar su culpa realizando diez trabajos para Euristeo, rey de Micenas. Estos trabajos consistieron en: matar y quedarse la piel del León de Nemea; acabar con la Hidra de Lerna (este trabajo no se contó al ser ayudado por Yolao, su sobrino); capturar la cierva de Cerinea; capturar al jabalí de Erimanto; limpiar los estables de Augías (este trabajo tampoco se contó al ser ayudado por los ríos); matar los pájaros de Estínfalo; capturar al toro de Creta; robar las yeguas de Diomedes; robar el cinturón de Hipólita; robar el ganado de Gerión; robar manzanas del Jardín de las Hespérides y capturar a Cerbero y sacarlo del Inframundo. Debido a los dos trabajos que no se contabilizaron, al final Heracles realizo doce tareas. Además de estas acciones, Heracles participó en inumerables aventuras, siendo incluso uno de los Argonautas de Jasón. Su muerte mortal ocurrió por un error de su última esposa, Deyanira, la cual, en un ataque de celos, le puso una capa untada con la sangre del centauro Neso creyendo que servía para recuperar su amor. Pero en realidad se trataba de un veneno que producía tales dolores a Heracles, que este pidió que lo mataran. Tras arder en la pira encendida por su sobrino Yolao, la parte mortal de Heracles desapareció, ascendiendo su espíritu divino al Olimpo con el resto de los dioses.

ATALANTA

Existen muchas leyendas sobre quienes fueron sus progenitores, pero todas coinciden en que su padre deseaba un hijo, por lo que fue abandonada en el bosque. Amamantada por una osa, sobrevivió hasta que unos cazadores la encontraron. Al crecer, se consagró a la diosa Artemisa y, como ésta, juró no tener relación con varón. Se le consideraba una de las mejores cazadoras y vivió múltiples aventuras, llegando a pertenecer a los Argonautas de Jasón. Finalmente perdió una apuesta al correr contra con Hipómenes (ya que éste la distraía arrojándole manzanas de la Hespérides) y acabó casándose con él. En una de sus cacerías, acabaron profanando un santuario de la diosa Cibeles, siendo convertidos en leones para que tiraran de su carro.

ODISEO

Rey de Ítaca, esposo de Penélope y padre de Telémaco. Pasó diez años luchando en la Guerra de Troya y otros diez regresando a casa (la conocida "Odisea"). Fue educado por el centauro Quirón y se presentó como pretendiente de Helena, aunque al final se desposó con Penélope. No obstante, y aunque intentó evitarlo fingiéndose loco, fue reclutado por Menelao en la fuerza de aqueos que partió hacia Troya tras ser secuestrada Helena por Paris. A lo largo de la larga campaña dio múltiples muestras de su ingenio, llegando a colarse en la ciudad para robar el Paladio (estatua de Atenea que aseguraba que Troya no pudiera caer) y proponer la famosa idea del caballo de madera para que los propios troyanos los introdujeran tras sus murallas. Tras la caída de la ciudad, es maldito por Poseidón al negarle sacrificio y tarda una década en regresar a su patria. Se enfrenta a Polifemo (cíclope hijo de Poseidón, al que ciega); a las sirenas; a Escila y Caribdis y pasa varios años bajo el embrujo de Circe y de Calipso. Finalmente consigue regresar a Ítaca donde se presenta de incógnito como un mendigo en su salón del trono, donde múltiples pretendientes asedian a Penélope. Demostrando ser el único capaz de tensar su propio arco, que había dejado allí al partir a la guerra, acaba con todos los pretendientes.

LEONIDAS

Rey de Esparta, aunque nunca lo esperó ya que se trataba de un cuarto hijo. Cuando Jerjes I inició su invasión de la Grecia Continental, el Oráculo de Delfos vaticinó que o Esparta o su Rey caerían en el conflicto. Acompañado de varios ejércitos griegos, se posicionó en el desfiladero de las Termópilas, donde la estrechez del terreno compensaba la clara inferioridad numérica frente a los persas. No obstante, fueron traicionados por Efialtes, que enseñó a los persas un camino para rodear a los griegos. La mayoría de estos se volvieron a sus ciudades, pero Leónidas, acompañado de 300 espartanos y algunos siervos permaneció guardando el estrecho paso, muriendo en su defensa y retrasando el avance de Jerjes.